miércoles, febrero 15, 2006

Verano

Mi reducto en el mundo es mínimo, ínfimo, casi invisible de pequeño, y desde ahí observo al resto que camina, que pasa, que se detiene. A veces me abstraigo y pienso "esto es un recuerdo", y me da pena porque, de los momentos, eso es lo único que queda: el recuerdo.

Y con el tiempo se diluye, se desdibuja.

Al final todos pasamos al olvido.






Lo bonito del verano es que me siento infinitamente bien de noche. En el día siempre tengo miedo de que algo pase y todo salga mal. No veo noticias, no leo el diario.

Eso es lo bonito del verano, que no es pecado andar desinformada. El resto del año tengo que saberlo todo. Tengo que.


Tengo.


Lo bonito del verano es que todo puede ser a partir de un "quiero".

Y lo extraordinariamente bonito de este verano es que "quiero". Y eso es algo que se me estaba olvidando.